Por: Homero Meneses Roa

“Lo que no se puede medir no se puede conocer y no se puede controlar”

                                                                                                                           CENAM

                                                                                                       (Centro Nacional de Metrología)

¿Cuánto falta para llegar?, ¿qué tan grande es la casa?, ¿cuánto pesa la bolsa?, ¿qué hora es?…

Seguramente en algún momento has hecho o te han hecho las mismas preguntas, sin embargo, ¿has tratado de responderlas sin utilizar números?

Los seres humanos medimos continuamente, ya que necesitamos cuantificar que es lo que estamos fabricando, comprando o vendiendo.

Hacemos mediciones del tiempo para despertar por la mañana y llegar atiempo a la escuela, al trabajo… a la cita en el restaurante.

Medimos la relación del consumo de gasolina contra la distancia recorrida de nuestro automóvil y así elegimos qué estación de gasolina es mejor para recargar.

Las porciones de alimento, importantísimo saber los gramos y las calorías que vamos a ingerir para conservar nuestro peso y nuestra salud.

Importante conocer el peso de las frutas y legumbres que compramos en el supermercado o en el sobre ruedas.

Más que importante que la cantidad exacta de tortillas esté sobre nuestra mesa para evitar que a algún comensal le quede un “huequito” que solo una tortilla puede llenar.

Para medir necesitamos tomar una referencia, la comparamos con lo que deseamos medir y contamos cuántas veces cabe nuestra referencia en ese algo, sin embargo, es necesario establecer referencias en común para llegar a un entendimiento.

Realmente es muy importante realizar estas mediciones en nuestra vida diaria y estar ciertos que, los instrumentos de medición que nos arrojan estas lecturas sean confiables, relojes, básculas, bombas de gasolina, indicadores en el tablero de un auto… en fin, conscientes de que una variación importante de estas mediciones diarias puede generarnos pérdidas de tiempo, dinero y esfuerzo.

Hemos hecho de estas comparaciones una costumbre, tan comunes que podríamos decir que pasa desapercibido el tratar de conocer si hay un control en ellas.

¿Qué opinarías si te dijera que para que esto pueda suceder existe un control científico y que hay expertos en la materia trabajando diariamente para
que estas mediciones diarias sean confiables para nosotros?

Bien, vayamos más allá entonces…

En todos los hospitales donde es necesario colocar a un recién nacido en incubadora, ¿el control de la temperatura dentro de ella será importante?

¿Cómo determinar la cantidad requerida de sangre y los niveles de plasma y plaquetas que requieren los tratamientos diarios de un paciente con cáncer?

¿Cómo podremos determinar el ajuste correcto del sistema de frenos de un automóvil? ¿Será importante el papel que juegan las mediciones para este fin?

Nada más y nada menos durante la terrible pandemia que recién ha pasado nuestro sistema de salud recomendaba el uso de ciertos tipos de cubrebocas, ¿en qué se basaba esta recomendación?

Actualmente, existen sistemas de medición tan sofisticados que somos capaces de conocer el tamaño de un virus, el virus del SARS-CoV-2 mide entre 70 y 120 nanómetros (0.000000070 metros).

Los poros de un cubrebocas convencional miden en promedio 20 micras (0.000020 metros), es decir, el virus es alrededor de 220 veces más pequeño que los poros de un cubrebocas, es como tratar de atrapar granos de arroz con una raqueta de Tenis.

Los sistemas de manufactura actuales no son capaces aún de fabricar una protección que sea más pequeña que el tamaño de un virus, ¿te imaginas el costo
de la tecnología para llegar a ese nivel de exactitud?… ¿Qué te parece?, creo que ahora te has dado cuenta de lo importante que son las mediciones.

La historia de la metrología se remonta hasta la prehistoria, pero la implementación de estándares para que todos podamos medir igual comienza a
finales de los 1700 principios de los 1800 al instalarse la Convención del Metro en Francia, conscientes de que las mediciones impactaban en la economía de los pueblos los reyes comienzan a involucrar a los hombres de ciencia de la época para establecer estándares de medición y a invitar a más países a que se unan y así poder establecer un sistema único de medición que sea el mismo para todos, ya que cada uno tenía su propio sistema de medida, y así minimizar las variaciones de los intercambios comerciales entre los países.

No es hasta 1889 que México bajo el gobierno de Ignacio Comonfort se adhiere a este sistema con el ya formado Buro Internacional de Pesas y Medidas recibiendo las copias correspondientes del patrón internacional del metro y del kilogramo que fueron constituidos bajo definiciones científicas que replican fenómenos naturales que se podían reproducir en cualquier lugar, obviamente bajo ciertas condiciones.

Fue calculada la diezmillonésima parte de la distancia de un meridiano desde el ecuador hasta el polo norte, y se le llamó: METRO, derivada de la palabra griega METRON que significa medida.

Una vez determinado el metro se construyó un cubo el cual se llenó de agua, al peso del agua contenida en el cubo se determinó como el patrón internacional
de masa llamándole: KILOGRAMO y al mismo tiempo se definiría la primera magnitud derivada de dos magnitudes básicas, la unidad de capacidad llamada: METRO CÚBICO.

Actualmente, en nuestro país tenemos la fortuna de contar con el CENTRO NACIONAL DE METROLOGÍA (CENAM), un organismo descentralizado de la Secretaría
de Economía que se encarga del estudio, la actualización y la diseminación del conocimiento metrológico en nuestro país.

Establecido en 1994 en la ciudad de Querétaro, el CENAM resguarda los patrones nacionales de las 7 magnitudes básicas del Sistema Internacional de Medidas:

Además del resguardo y mantenimiento de las 7 magnitudes básicas, el CENAM se involucra en la investigación a nivel mundial, sosteniendo comunicación estrecha con otros centros nacionales de metrología como el NIST en Estados Unidos o el PTB en Alemania.

Estas colaboraciones permiten mantener los estándares de medición alineados con el resto del mundo para establecer, sobre todo, relaciones comerciales confiables y alineadas a los estándares de normalización internacionales.

De manera interna hacia nuestro país, el CENAM se encarga de validar nuestros sistemas de medición por medio de la propagación del conocimiento metrológico haciendo publicaciones gratuitas para los usuarios que así lo requieran, validación de los sistemas de medición por medio de la calibración de patrones de menor exactitud que los patrones nacionales que a su vez serán usados para calibrar o verificar todos los instrumentos de uso comercial, industrial, médico, etc.

Como te habrás dado cuenta, la metrología es de vital importancia en muchos ámbitos de nuestra vida y de las actividades del mundo en general, desde la forma más simple en nuestra vida diaria como en las actividades más complejas que puedas imaginar, el correcto entendimiento y aplicación de este conocimiento nos llevará a una mejora en la medición de nuestros procesos y de nuestras actividades de índole laboral, personal y comercial.

Ahora ya sabes que la Metrología… es la ciencia de las mediciones.

En mdc contamos con los instructores actualizados al último nivel en materia de metrología, ofreciendo una oferta de capacitación de vanguardia que podrá permitir orientar tus procesos de medición hacia la mejora continua y el enfoque de protección al cliente.

En mdc, tu éxito es nuestro propósito.