SER FELIZ INCREMENTA LA PRODUCTIVIDAD
noviembre 6, 2023EL MANEJO DEL RIESGO EN LA ORGANIZACIÓN
noviembre 6, 2023Oscar H. Vázquez Guevara
DIRECTOR GENERAL DE MDC CONSULTORÍA Y CAPACITACIÓN
Cuando se tienen pensamientos y sentimientos habituales, se está creando una actitud, y como lo piensa y siente produce una forma de ser, también llamados, paradigmas, condicionamientos, etc.
Si tienes buenos pensamientos afines a buenos sentimientos, se puede decir que hoy o en ese momento se tiene buena actitud, al igual que si estos son negativos la actitud será negativa.
Si tiene la misma actitud las suficientes veces, se vuelve automática y si repite o mantiene esas actitudes el tiempo suficiente y las une, terminará generando una creencia.
Esas creencias apoyadas y repetidas por las actitudes (pensamientos y sentimientos) se graban en el cerebro y condicionan emocionalmente al cuerpo.
Por eso, resulta muchas veces casi imposible resistirse a quedarse en cama cuando se tiene que levantar a trabajar o hacer ejercicio.
Cuando se tiene un compromiso y se entretiene a ver las redes sociales, la química sanguínea que se está generando en ese momento produce placer.
Cuando se tienen los mismos pensamientos una y otra vez al pensar y analizar, se recuerda el pasado, esos pensamientos activan y crean los programas inconscientes automáticos.
Y si se tiene los mismos sentimientos cuando ocurrieron entonces, se refuerzan los programas inconscientes automáticos y es cuando se está condicionando al cuerpo inconscientemente a ser quien ordena o manda en esa emoción.
Entre el cerebro y el cuerpo se da una sincronicidad a cada momento. Cuando sentimos de acuerdo a lo que pensamos, comenzamos a pensar de acuerdo con lo que sentimos.
El cerebro está controlando continuamente como se siente el cuerpo, basándose en la respuesta química que recibe, genera más pensamientos que producen las correspondientes sustancias químicas que coinciden con el modo en que el cuerpo se siente, para que primero empecemos a sentirnos de acuerdo con lo que pensamos y luego a pensar de acuerdo con lo que sentimos, condicionando nuestro pensar a lo que está sintiendo el cuerpo.
Si a esto le sumamos que el 95% de nuestras acciones diarias son inconscientes, entonces estamos repitiendo y reforzando esas creencias, pensamientos y sentimientos, dándole todo el poder a nuestro cuerpo.
De tal forma que cuando hacemos un propósito de cambio, nos cuesta mucho trabajo porque estamos enfrentándonos a estos condicionamientos, comenzando por nuestro cuerpo y las emociones que esto genera en contra del propósito. Si solo fuera la mente, haríamos el propósito y listo.
Suficiente con definir claramente el propósito, pero no es así, debemos concentrarnos en qué pensamientos debo cambiar, sentimientos asociados, percepciones, para poder hacer cambios.
Recuerde que solo el 5% de lo que hacemos a diario es consciente.
Trabajar más en ello, ayudará a que se cumplan nuestros propósitos, pero en especial en cuestionar las creencias, ¿quién dijo que son ciertas?, ¿quién nos condiciono?, ¿de dónde salieron? y ¿por qué tienen fuerza en mí?
Haz consciente tu momento e identifica el origen y la veracidad de tus creencias.
En MDC nuestra misión es mejorar el desempeño de nuestros clientes con servicios de consultoría y capacitación, desarrollando el talento humano e incrementado la productividad de su organización.