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¿Qué tan consciente eres del impacto de las preguntas poderosas?

L.A. Rosalba Cerino Rivera.

“Si yo tuviera una hora para resolver un problema y mi vida dependiera de la solución; yo gastaría los primeros 55 minutos para determinar la pregunta apropiada, porque una vez que supiera la pregunta correcta, yo podría resolver el problema en cinco minutos”

Albert Einstein.

Al enfrentar situaciones en la vida bajo cualquier contexto se está expuesto a tomar decisiones, confirmar o negar, reflexionar, concientizar, accionar, etc. ante estos escenarios el arte de las preguntas poderosas son una de las herramientas que nos permiten crear mejores resultados.

En el mundo laboral es necesario conocer propuestas de valor, que se pueden generar desde las preguntas que se hacen los diferentes departamentos de una empresa con el fin de llegar a cumplir los objetivos específicos de las funciones laborales. Con ello se trata de mantener rumbos que orienten las decisiones y acciones de la empresa, llevando a escribir historias diferentes que pueden ser trazadas desde la consciencia de un trabajo en equipo y aún más cuando se cuenta con la figura de un líder, a través del cual se deja guiar el equipo haciendo uso de preguntas poderosas que permitan sostener cambios a través de las respuestas que se obtengan en equipo.

¿A qué crees que se deba el no hacernos preguntas? ¿Por qué no sabemos que una pregunta para tener mejores resultados debe elaborarse poderosa? Tal vez porque ni siquiera conocemos el poder de las preguntas poderosas y mucho menos saber que al generar una pregunta poderosa nos ayudará a tener mejores resultados.

Para ello debemos ser conscientes de que una pregunta para tener mayor impacto debe construirse desde una base reflexiva y poderosa, pues al realizar preguntas de impacto las respuestas serán de impacto. Es más fácil poder hacernos preguntas poderosas a través de conocer algunas características que deben tener estás, por ejemplo, una pregunta poderosa debe ser simple, tener claridad, ser desafiante, llevarla a un nivel profundo, tener enfoque que nos lleve a poder observar posibilidades y no tener que enfocarnos en el problema.

Si queremos tener mejores resultados, hagámoslo desde darnos el tiempo para invertir en una pregunta poderosa, pues, al hacerla, nos permite ejercer un impacto en la toma de consciencia, la acción, la toma de decisiones y en consecuencia en los resultados que hoy se tienen.

Imaginemos una serie de preguntas débiles como, por ejemplo:

  • ¿Por qué me pasa esto a mí?
    ¿Por qué siempre yo, Dios?
    ¿Verdad que yo no soy bueno para generar preguntas poderosas?
    ¿Cierto que a mí es el único que me pasan estas cosas malas? ¿Verdad que siempre yo tengo la culpa?
    ¿Por qué todo lo malo me tiene que suceder a mí?
    ¿Por qué no sé trabajar en equipo?
    ¿Verdad que nunca generó propuestas de valor?

Observa la baja frecuencia que tiene esta serie de preguntas.

Ahora bien, en el mundo laboral día a día se generan escenarios de decisiones en el momento, ya sea de manera individual o en equipo y lo primero que se hace es querer responsabilizar a alguien más en el cumplimiento de una respuesta rápida y concisa que lleve a mantener los resultados esperados, de no obtenerse esos resultados culpamos a alguien o al equipo de trabajo de inmediato, llevándonos incluso a mantener un descontrol en la parte emocional llevándonos a relaciones fracturadas entre los mismos compañeros de trabajo por no haber alcanzado los resultados planificados.

Ante tal escenario sería más productivo hacer un alto en el camino y poder partir desde la reflexión, el control emocional y el sentido de pertenencia a la que se tiene en cada uno de los integrantes del equipo, para así poder entre todos construir mejores escenarios creando desde las POSIBILIDADES a través de las preguntas poderosas.

Al observar las características de preguntas con enfoque a posibilidades debe considerarse todas aquellas preguntas que nos lleven a la reflexión, que permitan observar una visión positiva, que sean penetrantes. Algunos ejemplos: ¿De esta situación que vive qué debo aprender? ¿Cómo puedo evitar que esto ocurra en un futuro que no es para mi bien o para cumplir mi objetivo? ¿Qué me lleva a querer trabajar en equipo? ¿Cuál es la solución? ¿Por qué actué como actué ante mis compañeros de trabajo? ¿Qué necesito para lograr alcanzar los objetivos planificados? ¿Qué me aporta esta experiencia?

Las preguntas que inician con “Qué” o “Cómo” son más poderosas. Pues te enfocan en el presente, en lo concreto, te ponen en acción y se manifiesta el aquí y el ahora. Hoy los tiempos que vivimos son retadores, pues, nos encontramos en escenarios desafiantes, que nos llevan a ser más conscientes de que los tiempos retadores hacen movernos de nuestra zona de confort llevándonos a realizar cambios.

¿Cómo poder convertir la pregunta débil por una pregunta poderosa? Ejemplo: ¿Por qué no llegó a los resultados planificados? (Pregunta débil) ¿Qué hice más importe que cumplir los resultados planificados? (Pregunta Poderosa). Pongamos manos a la obra para empezar a construir escenarios de gran valor que consoliden el trabajo individual y equipo, llevando con ello cambios que faciliten transitar por caminos de infinitas posibilidades.

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